domingo, 22 de enero de 2023

Other Voices, Other Rooms

Other Voices, Other Rooms es una novela de Truman Capote de 1948. Es significativa porque fue la primera novela publicada por el autor y porque es semi-autobiográfica. Es notable debido a la erótica foto del autor y al tono subido de su contenido.

Más abajo ponemos unos párrafos de la llegada de Joel a un pequeño pueblo, y una foto del autor, muy joven, que se volvió controversial.

 

Párrafos

… Un día caluroso a principios de junio el conductor de la Tumpertine Company, Sam Radclif, un hombronazo de un metro ochenta, bebía una cerveza en el Morning Star Café en Paradise Chapel, cuando el dueño del lugar vino con su brazo alrededor de un extraño chico.

—Hola, Sam —dijo el propietario, un tipo llamado Sydney Katz—. Tengo un chico aquí que estará muy agradecido si lo puedes llevar a Noon City. Ha estado tratando de llegar allí desde ayer. ¿Puedes ayudar?

Radclif observó al muchacho sobre el borde de su vaso de cerveza, sin preocuparse demasiado por cómo se veía. Tenía sus nociones de cómo un chico “real” debía verse y este chico de alguna forma lo ofendía. Era demasiado lindo, demasiado delicado y blanco. Cada uno de sus rasgos estaba delineado con una sensitiva precisión y una ternura femenina suavizaba sus ojos, que eran marrones y muy grandes. Su pelo castaño, corto, estaba combinado con rizos amarillos. Una especie de expresión cansada enmarcaba su fina cara y había una poca saludable debilidad en sus hombros. Vestía arrugados pantalones blancos de lino, una camisa azul, el cuello de la cual se abría en la garganta, y algo gastados zapatos de cuero.

Limpiándose el bigote de cerveza sobre el labio Radclif preguntó:

— ¿Cuál es tu nombre, muchacho?

—Joel Harrison Knox.

Separó las silabas explícitamente, como si el conductor fuera sordo, pero su voz era extrañamente suave.

—Un nombre poderoso, señor Knox —dijo Radclif dejando su vaso sobre el mostrador.

El muchacho se sonrojó y se volvió al propietario que intervino rápidamente.

—Este es un buen muchacho, Sam. Inteligente. Sabe palabras que tú o yo nunca escuchamos.

Radclif se molestó.

—Aquí Katz. Llénalo —ordenó.

Después que el propietario diera vuelta para buscar la cerveza Radclif dijo amablemente:

—No tenía intenciones de molestarte chico. ¿De dónde eres?

—De Nueva Orleans. Salí de allí el jueves y llegué el viernes. Y hasta aquí llegué. Nadie vino a buscarme.

—Claro —dijo Radclif —. ¿Visitando parientes en Noon City?

El muchacho asintió.

—A mi papá. Voy a vivir con él.

Radclif miró el techo, murmuró Knox varias veces y luego sacudió la cabeza desconcertado.

—No creo que conozca a nadie con ese nombre. ¿Estás seguro de estar en el lugar correcto?

—Sí —dijo el chico, sin mostrar alarma alguna.

—Pregúntele al señor Katz. Él escucho de mi papá y le mostré la carta. Espere…

Caminó rápidamente por el obscuro café y retornó con una valija de lata que a juzgar por su expresión era bastante pesada. La valija era colorida con viejos souvenirs de remotas partes del mundo: Paris, Cairo, Venecia, Viena, Nápoles, Hamburgo, Bombay y otros. Era algo extraño de ver en un día caluroso, en un pueblo del tamaño de Paradise Chapel.

— ¿Has estado en todos estos lugares? —preguntó Radclif.

—No —contestó el muchacho tratando de desatar el nudo de un viejo cinturón de cuero que ataba la valija.

—Perteneció a mi abuelo, el mayor Knox. Creo que se puede leer sobre él en los libros de historia. Fue una importante figura de la Guerra Civil. Esta es la valija que usó en su viaje de luna de miel alrededor del mundo.

— ¿Alrededor del mundo? —preguntó Radclif, impresionado —. Debe haber sido una persona muy poderosa tu abuelo.

—Bueno. Eso fue hace mucho tiempo.

Escarbó entre sus bien ordenadas cosas hasta que encontró un paquete de cartas.

—Aquí está —dijo, seleccionando una carta en un sobre verde.

Radclif acarició el sobre antes de abrirlo. Luego, torpemente abrió el sobre y extrajo un papel también de color verde, y moviendo los labios leyó.

 

Mi querida Ellen Kendall,

Estoy en deuda por contestar mi carta tan rápidamente. Escuchar de mí después de doce años debe haber sido extraño, pero puedo asegurarte que hubo suficientes razones para ello. Sin embargo, habiendo leído en el diario de la muerte de mi esposa, que en paz descanse, siento que debo asumir mis obligaciones de padre. La presente señora Sansom y yo estamos contentos de saber que cumplirás nuestra voluntad aunque se te rompa el corazón. Entiendo el sentimiento completamente pues yo tuve que hacer lo mismo cuando él era solo un niño. Pero basta del pasado. Puedes estar tranquila que aquí en Landing tenemos un hermoso hogar, comida saludable y cultura para proveer a mi hijo.

Respecto del viaje esperamos que Joel llegue aquí antes de junio. Ahora, cuando salga de Nueva Orleans debería viajar en tren a Biloxi, donde debe bajar y comprar un ticket para el ómnibus a Paradise Chapel, un pueblo a veinte millas de Noon City. Sugiero que se quede en el Morning Star Café hasta que se hagan mayores arreglos. Envío un cheque para cubrir los gastos.

Respetuosamente.

Edw. Sansom

 

El propietario llegó con la cerveza justo cuando Radclif ponía la carta de vuelta en el sobre. Había dos cosas que…

Truman Capote
Foto de Truman en el libro

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