Other Voices, Other Rooms es una novela de Truman Capote de 1948. Es significativa porque fue la primera novela publicada por el autor y porque es semi-autobiográfica. Es notable debido a la erótica foto del autor y al tono subido de su contenido.
Más abajo ponemos unos párrafos de la llegada de Joel a un pequeño pueblo, y una foto del autor, muy joven, que se volvió controversial.
Párrafos
… Un día caluroso a principios de junio el conductor
de la Tumpertine Company, Sam Radclif, un hombronazo de un metro ochenta, bebía
una cerveza en el Morning Star Café en Paradise Chapel, cuando el dueño del
lugar vino con su brazo alrededor de un extraño chico.
—Hola, Sam —dijo el propietario, un tipo llamado
Sydney Katz—. Tengo un chico aquí que estará muy agradecido si lo puedes llevar
a Noon City. Ha estado tratando de llegar allí desde ayer. ¿Puedes ayudar?
Radclif observó al muchacho sobre el borde de su
vaso de cerveza, sin preocuparse demasiado por cómo se veía. Tenía sus nociones
de cómo un chico “real” debía verse y este chico de alguna forma lo ofendía. Era
demasiado lindo, demasiado delicado y blanco. Cada uno de sus rasgos estaba
delineado con una sensitiva precisión y una ternura femenina suavizaba sus
ojos, que eran marrones y muy grandes. Su pelo castaño, corto, estaba combinado
con rizos amarillos. Una especie de expresión cansada enmarcaba su fina cara y
había una poca saludable debilidad en sus hombros. Vestía arrugados pantalones
blancos de lino, una camisa azul, el cuello de la cual se abría en la garganta,
y algo gastados zapatos de cuero.
Limpiándose el bigote de cerveza sobre el labio
Radclif preguntó:
— ¿Cuál es tu nombre, muchacho?
—Joel Harrison Knox.
Separó las silabas explícitamente, como si el
conductor fuera sordo, pero su voz era extrañamente suave.
—Un nombre poderoso, señor Knox —dijo Radclif
dejando su vaso sobre el mostrador.
El muchacho se sonrojó y se volvió al propietario
que intervino rápidamente.
—Este es un buen muchacho, Sam. Inteligente. Sabe
palabras que tú o yo nunca escuchamos.
Radclif se molestó.
—Aquí Katz. Llénalo —ordenó.
Después que el propietario diera vuelta para buscar
la cerveza Radclif dijo amablemente:
—No tenía intenciones de molestarte chico. ¿De dónde
eres?
—De Nueva Orleans. Salí de allí el jueves y llegué
el viernes. Y hasta aquí llegué. Nadie vino a buscarme.
—Claro —dijo Radclif —. ¿Visitando parientes en Noon
City?
El muchacho asintió.
—A mi papá. Voy a vivir con él.
Radclif miró el techo, murmuró Knox varias veces y
luego sacudió la cabeza desconcertado.
—No creo que conozca a nadie con ese nombre. ¿Estás
seguro de estar en el lugar correcto?
—Sí —dijo el chico, sin mostrar alarma alguna.
—Pregúntele al señor Katz. Él escucho de mi papá y
le mostré la carta. Espere…
Caminó rápidamente por el obscuro café y retornó con
una valija de lata que a juzgar por su expresión era bastante pesada. La valija
era colorida con viejos souvenirs de remotas partes del mundo: Paris, Cairo,
Venecia, Viena, Nápoles, Hamburgo, Bombay y otros. Era algo extraño de ver en
un día caluroso, en un pueblo del tamaño de Paradise Chapel.
— ¿Has estado en todos estos lugares? —preguntó
Radclif.
—No —contestó el muchacho tratando de desatar el
nudo de un viejo cinturón de cuero que ataba la valija.
—Perteneció a mi abuelo, el mayor Knox. Creo que se
puede leer sobre él en los libros de historia. Fue una importante figura de la
Guerra Civil. Esta es la valija que usó en su viaje de luna de miel alrededor del
mundo.
— ¿Alrededor del mundo? —preguntó Radclif,
impresionado —. Debe haber sido una persona muy poderosa tu abuelo.
—Bueno. Eso fue hace mucho tiempo.
Escarbó entre sus bien ordenadas cosas hasta que
encontró un paquete de cartas.
—Aquí está —dijo, seleccionando una carta en un
sobre verde.
Radclif acarició el sobre antes de abrirlo. Luego,
torpemente abrió el sobre y extrajo un papel también de color verde, y moviendo
los labios leyó.
Mi querida Ellen Kendall,
Estoy en deuda por contestar mi carta tan
rápidamente. Escuchar de mí después de doce años debe haber sido extraño, pero
puedo asegurarte que hubo suficientes razones para ello. Sin embargo, habiendo
leído en el diario de la muerte de mi esposa, que en paz descanse, siento que debo
asumir mis obligaciones de padre. La presente señora Sansom y yo estamos contentos
de saber que cumplirás nuestra voluntad aunque se te rompa el corazón. Entiendo
el sentimiento completamente pues yo tuve que hacer lo mismo cuando él era solo
un niño. Pero basta del pasado. Puedes estar tranquila que aquí en Landing
tenemos un hermoso hogar, comida saludable y cultura para proveer a mi hijo.
Respecto del viaje esperamos que Joel llegue aquí
antes de junio. Ahora, cuando salga de Nueva Orleans debería viajar en tren a
Biloxi, donde debe bajar y comprar un ticket para el ómnibus a Paradise Chapel,
un pueblo a veinte millas de Noon City. Sugiero que se quede en el Morning Star
Café hasta que se hagan mayores arreglos. Envío un cheque para cubrir los
gastos.
Respetuosamente.
Edw. Sansom
El propietario llegó con la cerveza justo cuando
Radclif ponía la carta de vuelta en el sobre. Había dos cosas que…Foto de Truman en el libro
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pueblo
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