A Prayer for Owen Meany, del norteamericano John Irving, es la memoria de la niñez y del crecer durante la era de los hippies y la Guerra de Vietnam en Estados Unidos, y de la amistad entre este Owen y el que escribe. En los párrafos que traducimos se habla de las características físicas de Owen, de las repercusiones de la guerra y de la madre del protagonista. ¿Vale la pena? Claro que sí, vale la pena leerla y aprender un poco más de una sociedad cambiante y revolucionada.
"... era como si hubiera nacido sin huesos reales. Owen era tan pequeño. Amábamos levantarlo. En realidad, no podíamos resistir levantarlo. Pensábamos que era un milagro lo poco que pesaba... "
Introducción
A Prayer for Owen Meany es una novela de John Irving, que narra la vida de John Wheelwright durante los 50s y 60s. Se mencionan los hechos políticos (la guerra de Vietnam, los hippies, por ejemplo) de la época. Owen Meany es objeto de burla, por su baja estatura y su voz, pero es extremadamente inteligente. Es capaz de descubrir el nombre del padre de John, que la madre conservaba en secreto, y logra que su amigo escape al servicio militar.
John Irving |
Temas
La novela trata sobre temas espirituales como la
importancia de la fe, también sobre la justicia social y el concepto del
destino.
Se critica a las organizaciones religiosas y su
hipocresía.
Se cuenta la historia de John y Owen, de niños, de sus vidas de adultos.
Owen
había predicho la forma de su muerte.
Owen
cree que todo tiene un propósito, aunque John lo duda.
John ocasionalmente critica la Guerra de Vietnam o el Affair Irán-Contras.
El ARVN y fuerzas especiales norteamericanas |
Párrafos
… era como si Owen
Meany hubiera nacido sin huesos reales. Owen
era tan pequeño. Amábamos levantarlo. En realidad, no podíamos resistir
levantarlo. Pensábamos que era un milagro lo poco que pesaba. Esto también era
contradictorio porque Owen venía de
una familia del negocio del granito…
… Al año siguiente, cuando Ronald Reagan describió las protestas de Vietnam como “ayuda para el enemigo” aún había medio millón de
norteamericanos en Vietnam. Yo nunca
fui uno de ellos. Más de treinta mil canadienses también sirvieron en Vietnam. Y casi la misma cantidad de
norteamericanos que vinieron a Canadá
durante la guerra de Vietnam. Yo fui
uno de ellos. Uno de los que se quedó.
Para marzo, cuando el teniente William Galley fue
convicto de asesinato premeditado yo ya era inmigrante. Ya había aplicado para
la ciudadanía canadiense. Fue en navidad cuando el presidente Nixon bombardeó Hanói. Ese fue un ataque de once días, empleando más de cuarenta
mil toneladas de explosivos.
Como dijo Owen:
Hanói podía manejarlo.
¡Qué fue lo que no dijo que estuviera bien! recuerda lo que dijo de Abbie Hoffman, por ejemplo. ¿Recuerdan a Abbie Hoffman? El tipo que trató de levitar el Pentágono de sus cimientos. Era un payaso. Fue el que creó el Youth International Party, de Yippies. Era muy activo en las protestas en contra de la guerra, mientras que a la vez concebía una revolución significativa.
Hoffman en la universidad de Oklahoma |
— ¿A quién piensa este idiota que está ayudando? —dijo Owen. Fue Owen Meany quién me mantuvo fuera de Vietnam, un truco que solo Owen podría haber manejado.
—Piénsalo como mi pequeño regalo para ti —. Así fue
como lo puso.
Dios sabe que Owen
me dio más de lo que jamás tomó, aun considerando que tomó a mi madre…
… En su habitación en Front Street mamá tenía un
maniquí. Cerca de su cama, como un sirviente a punto de despertarla, como un
guardia que la vigilaba mientras ella dormía como una amante a punto de
entregarse a su amado.
Mamá era buena cosiendo, en otra vida debe haber
sido costurera. Su gusto era simple y ella hacía su propia ropa. Su máquina de
coser, que también tenía en el cuarto, no la antigüedad que nosotros, chicos,
abusábamos en el ático. La máquina de mamá era moderna y tenía mucho uso.
Todos esos años antes de casarse con Dan Needham, mamá nunca tuvo un trabajo
real o siguió más educación. Y aunque nunca le faltó dinero porque la abuela
era generosa con ella, era inteligente manteniendo sus expensas mínimas.
Traía las prendas más lindas de Boston, pero nunca
las compraba. Vestía el maniquí y las copiaba. Luego retornaba los originales a
las tiendas. Siempre les decía lo mismo y nunca se enojaban con ella. Más bien
sentían lastima por ella y recibían las prendas sin protestar.
—A mi marido no le gusta —les decía.
Se reía acerca de ello.
— ¡Deben pensar que estoy casada con un tirano! No
le gusta nada.
Mi abuela, consciente de que mamá no estaba casada,
se reía incómoda, pero parecía algo tan inocente, que estoy seguro que Harriet Wheelwright no se oponía a que
su hija tuviera un poco de diversión.
Y mamá hacía ropas hermosas: simple, como he
descripto, la mayoría de ellas en blanco y negro; pero hechas del mejor
material. Y le quedaban perfectas. Los vestidos y blusas y polleras que traía a
casa eran de colores diversos pero mamá los imitaba a la perfección en blanco y
negro.
Como en muchas cosas mamá podía ser extremadamente
experta sin ser original.
Mamá odiaba la obscuridad. Nunca había suficiente
luz para ella. Veía al maniquí como una especie de cómplice de mamá en su
guerra contra la noche. Cerraba las cortinas solo cuando se estaba desvistiendo
para ir a la cama, cuando tenía su camisón y su bata abría las cortinas. Cuando
apagaba la lámpara la luz que quedaba en la noche invadía su cuarto y siempre
había algo de luz… (p.563, A prayer for Owen Meany,
John Irving)
Artículos relacionados
Dice que está pintando. No tiene nada de malo, pero
él no tiene talento para ser pintor. Tiene talento para diseñar barcos, si se
enfocara en ello… The
Talented Mr Ripley
… trató de abortarla bebiendo trementina… Patricia
Highsmith
Al pasar por las calles más grandiosas que conducían
a nuestra posada, el ruido de los coches, la prisa, la multitud de peatones, en
fin, el nuevo paisaje de las tiendas y las casas, a la… Memoirs
of Fanny Hill
Fuentes
A Prayer for Owen Meany,
From Wikipedia
No hay comentarios.:
Publicar un comentario